La agricultura es un pilar fundamental de la humanidad, pero sus métodos han evolucionado con el paso del tiempo. Actualmente, los debates se centran en cuál de las tres modalidades —regenerativa, convencional o ecológica— ofrece mejores resultados en términos de biodiversidad, sostenibilidad y cambio climático. En este artículo, analizaremos cada enfoque para que productores y consumidores puedan tomar decisiones informadas.
1. Uso de químicos
- Convencional: Emplea fertilizantes y pesticidas de síntesis química de forma generalizada, lo que suele derivar en costos elevados y posibles efectos negativos en el medio ambiente y la salud.
- Ecológica: Prohíbe el uso de la mayoría de químicos sintéticos, sustituyéndolos por productos de origen biológico y controles naturales de plagas.
- Regenerativa: Persigue reducir al mínimo o incluso eliminar los químicos, promoviendo prácticas como la rotación de cultivos, la cobertura vegetal y los abonos naturales.
2. Salud del suelo
- Convencional: Tiende a agotar la fertilidad del suelo debido al uso intensivo de insumos químicos y la sobreexplotación de los recursos.
- Ecológica: Mantiene o estabiliza la calidad del suelo, pero no siempre promueve la restauración activa de su estructura y biodiversidad.
- Regenerativa: Se centra en mejorar la estructura del suelo y la vida microbiana. El objetivo es dejarlo en mejores condiciones de las que se encontraba, aumentando su fertilidad a largo plazo.
3. Impacto en la biodiversidad
- Convencional: La dependencia de agroquímicos y la poca diversidad de cultivos pueden afectar la fauna y la flora circundantes.
- Ecológica: Respeta la biodiversidad, limitando el uso de pesticidas y fomentando técnicas que favorecen a insectos polinizadores y fauna local.
- Regenerativa: Va un paso más allá, promoviendo una mayor variedad de cultivos y prácticas que restauran los ecosistemas, creando hábitats para polinizadores y otras especies benéficas.
4. Contribución al cambio climático
- Convencional: Con frecuencia genera emisiones de CO₂ y otros gases de efecto invernadero, tanto por el uso de maquinaria intensiva como por los procesos de fabricación de agroquímicos.
- Ecológica: Reduce las emisiones al evitar la mayoría de los pesticidas sintéticos, pero no siempre incorpora medidas activas de captura de carbono.
- Regenerativa: Adopta técnicas para capturar carbono en el suelo, disminuir la erosión y, en general, secuestro de CO₂ en la biomasa. Así, contribuye a la lucha contra el cambio climático de forma más efectiva.
5. Objetivo final y visión
- Convencional: Maximizar el rendimiento a corto plazo, a menudo sin considerar la degradación de los recursos naturales.
- Ecológica: Garantizar una producción limpia y libre de químicos, priorizando la salud humana y ambiental.
- Regenerativa: Buscan la regeneración total de los suelos y ecosistemas, con metas a largo plazo que incluyen la resiliencia climática, la biodiversidad y la sostenibilidad económica para los productores.
Conclusión
Cada sistema de producción ofrece distintas ventajas y desafíos. Sin embargo, la agricultura regenerativa se presenta como la opción más completa, promoviendo suelos saludables, una notable reducción de emisiones y una mayor rentabilidad a largo plazo. Para los productores que desean garantizar la autenticidad de sus prácticas regenerativas, la certificación de Agrecert aporta transparencia y respaldo internacional. Conservar la salud del planeta y abastecer de alimentos de calidad a una población en crecimiento son objetivos que podemos alcanzar si adoptamos las estrategias adecuadas para el futuro de la agricultura.