La Viticultura Regenerativa – Parte II

Técnicas en Viticultura Regenerativa – La línea Clave y el Diseño Hidrológico

Autores:

Pablo Ortigueira – Ingeniero Técnico Agrícola, Licenciado en Enología, Asesor vitivinícola, desarrollador y pionero de la viticultura regenerativa en España, coordinador y cofundador del proyecto de expertos en viticultura regenerativa viticulturaregenerativa.com y director del Órgano Técnico Consultivo de Agricultura Regenerativa Certificada (Agrecert).

Jesús Ruiz Gámez– Ing. Técnico Topografía, Paisajista y técnico de agroecología, pionero y experto en línea clave en España y cofundador de viticulturaregenerativa.com

Contacto: www.viticulturaregenerativa.com – Mail: info@viticulturaregenerativa.com – 621 14 10 46

Introducción

En Viticultura Regenerativa, es crucial el generar la mayor resiliencia del cultivo. Uno de los factores más determinante en el desarrollo del viñedo es la disponibilidad de agua. La línea clave es una herramienta muy poderosa para el manejo del agua, mejorando su distribución y disponibilidad, elementos cruciales en una situación climática en la que las precipitaciones se concentran cada vez más, con unas fluctuaciones cada vez más acentuadas.

Origen de la técnica de línea clave o keyline

Éste se remonta a los años 50 cuando el ingeniero de minas australiano P.A. Yeomans observó que utilizando la topografía del paisaje para transportar agua, para lavado de minerales, por gravedad a larga distancia, las zonas justo debajo de las líneas de transporte siempre permanecían más verdes. El conocimiento de la topografía paisaje fue crucial para comprender las bases de lo que él llamó la “escala de permanencia del paisaje” o diseño hidrológico.

Situación de partida. Entendiendo el paisaje

Para comprender adecuadamente un paisaje primero tendremos que diseccionar cada uno de sus elementos para poder hablar con propiedad. A grandes rasgos, cualquier paisaje lo podemos descifrar en laderas y valles, de los cuales un valle o una ladera principal pueden derivar en uno aún más pequeño que llamaremos secundario. Pero a nivel hidrológico, ¿qué diferencia a un valle de una ladera?, muy simple, las laderas expulsan el agua por gravedad hacia los valles, de tal forma que las laderas son más secas y los valles más húmedos.

Entre la topografía del paisaje hay un punto de especial interés, llamado punto clave, que se encuentra en los valles justo cuando la velocidad del agua se ralentiza sobre la línea imaginaria que produciría un arroyo si tuviera agua. Como la velocidad del agua decrece en este punto hay mayor concentración de agua. El punto clave es importante porque es el lugar en el que se concentra puntualmente el agua en el paisaje. Como nuestra intención es transportar el agua a las zonas de las laderas, lo único que utiliza es la fuerza de la gravedad y unos canales para conducirla, por ejemplo, usando algún arado tipo Yeomans.

Ilustración 1: Laderas, valles y línea clave

Diferencia entre la línea clave y las curvas de nivel

Las curvas de nivel son las líneas que marcan una misma cota. Tradicionalmente se han considerado las plantaciones en curvas de nivel las más adecuadas para evitar la erosión, y sí que es una mejor opción que las plantaciones a favor de pendiente, desde un punto de vista erosivo, pero además de poder colapsar y generar terrazas, no distribuye el agua en la parcela como sí lo hace la línea clave.

En el caso de la técnica de la Línea Clave, la diferencia más importante que tiene con las plantaciones en curvas de nivel es que se diseña la plantación tomando como punto de referencia inicial el punto clave, de ahí se generarán líneas de viña con un cierto grado de desnivel para llevar el agua desde el punto clave a las laderas con un cierto grado de desnivel, para generar un movimiento del agua. Vulgarmente sería como plantaciones en curvas de nivel que nacen en el punto clave de acumulación de agua a las que les daremos un ligero desnivel hacia las laderas, reduciendo la acumulación de agua en los valles y aumentando la cantidad de agua en las laderas.

Cuando realizamos paralelas a una determinada curva clave hacia arriba y hacia abajo nos ocurrirá que debemos hacer ajustes para que toda línea diseñada para que se cumpla el objetivo de transporte de agua. Estos ajustes, que los podemos usar bien para plantar más árboles o bien para crear zonas de biodiversidad, necesaria por ejemplo en el control biológico para atraer fauna auxiliar.

El papel de los arados Yeomans y similares

El concepto de línea clave es un tándem, siempre va asociado con el cultivador subterraneo Yeomans (Fotografía 1). La finalidad principal del Yeomans es el transporte de los excedentes de agua del paisaje con el patrón de líneas clave por medio de canalizaciones sin perturbar el suelo, sin voltear el horizonte, creando líneas subterráneas que el agua seguirá con facilidad, repartiendo el agua y reduciendo drásticamente la erosión. Como beneficios secundarios del Yeomans , y no menos importantes, tenemos los siguientes:

Descompactación del terreno: el paso del tractor va generando una compactación del terreno que provoca una disminución de la capacidad de retención de agua, debido a la reducción de la porosidad del suelo. El Yeomans, provoca una descompactación del terreno, incrementando su porosidad y por ende su capacidad de retención de agua.
Niveles de carbono en el suelo: El Yeomans mejora el almacenamiento de carbono en profundidad. Dicho almacenamiento tiene una gran importancia, ya que con un incremento en un 1 % de los niveles de carbono, se produce un incremento en el almacenamiento de agua en 144.000 litros por hectárea.
Procesos biológicos: El aumento de las condiciones de humectación del suelo, así como de oxígeno disponible, promueve el desarrollo de microorganismos aerobios de desarrollo libre que fijan nitrógeno, mejorando su disposición para la planta.

Fotografía 1: Arado Yeomans

Utilización del Yeomans en las calles con cubiertas vegetales

La forma de trabajo sería usarlo con el suelo en tempero con poca profundidad el primer año. En un segundo y tercer año, se iría incrementando la profundidad al doble cada año, llegando hasta los 45 cm finales (Ilustración 2).

A partir del tercer año, no sería necesario a priori volver a trabajar con el Yeomans, ya que el suelo tendría la suficiente profundidad.

En el caso en el que los trabajos realizados en el viñedo, provocaran de nuevo una compactación, se podría retomar el trabajo con el cultivador Yeomans para reestablecer los canales de flujo del agua.

Ilustración 2: Dinámica de creación de suelo fértil con arado tipo yeomans

¿Qué ventajas tiene en viticultura y enología?

Gestión del vigor: El vigor de una plantación esta muy influenciado por la disponibilidad de agua de la misma, de tal manera que, plantaciones con una alta disponibilidad de agua situadas en los valles, tendrán un vigor mayor que plantaciones con baja disponibilidad de agua de las laderas. Con la elección de los portainjertos, de los clones y de las variedades, entre otras gestiones agronómicas, somos capaces de regular el comportamiento de una plantación, eso si, en condiciones homogéneas de parcela. El problema lo encontramos en parcelas irregulares y con pendiente. En estos casos, la plantación en línea clave nos ayuda a distribuir el agua de una parcela y por lo tanto el vigor de la misma, lo cual es de vital importancia ya que plantas muy vigorosas son más sensibles a plagas y enfermedades y plantas poco vigorosas tendrán reducciones de producción.
La maduración de la uva de la parcela y la vendimia: Una plantación está conformada por un grupo de individuos (plantas), con una maduración diferente en función de las condiciones edafoclimáticas. En una parcela en pendiente y heterogénea, la maduración de los frutos de las vides puede ser tremendamente dispar en función del lugar de la parcela en el que se encuentre. En estos casos, en condiciones estándar, tendríamos dos opciones, buscar el momento optimo de vendimia para recolectar en aquel momento en el cual los valores medios de la parcela cumplan con los requisitos de madurez fenólica e industrial que se requieren para la elaboración del vino en cuestión o segmentar la parcela y recolectar secuencialmente las diferentes partes de la parcela, con el incremento de costes, las dificultades logísticas y los inconvenientes enológicos/operacionales que ello supone, por lo que es más que evidentemente que la primera opción es la que prevalece en la mayor parte de los casos.

La línea clave nos ayuda a homogeneizar la maduración de la parcela. ¿Cuántas veces nos encontramos con bayas sobremaduras y bayas verdes en una parcela?, pues bien, con la línea clave buscamos reducir los extremos en la madurez de los frutos, mejorando la calidad de la uva como lote y en consecuencia la calidad de los vinos.

La línea clave ayuda a reducir la disparidad en la maduración entre plantas de una misma parcela.

Productividad: En líneas generales, cuando una planta tiene una menor cantidad de agua a su disposición, el tamaño de las bayas es menor, los racimos son de menor tamaño, las producciones por hectárea disminuyen y tienen una baja relación hollejo/pepita y hollejo/pulpa. La línea clave consigue mejorar la productividad de las vides que se encuentran en las zonas de ladera.

Ejemplos de aplicación de las técnicas de Línea Clave en viñedo

Recientemente está comenzando un interés de aplicar la técnica de línea clave sobre viñedo cuando en el pasado este interés se centraba sobre todo en praderas de extensivos, leñosos tipo olivar, almendro, pistacho o bien forestales. La necesidad de realizar un diseño en línea clave sobre viñedo parte de varios factores: parcelas con un pasado con suelo pobre o con erosión o con mucha pendiente, más del 20%, que de otro modo se hubiera tenido que aterrazar, con el incremento en costes que supone. A continuación mostramos un diseño realizado para la bodega Mas Martinet en una parcela de un 35% de pendiente media, obteniendo como resultado la eliminación de la erosión desde el momento de la aplicación de la línea clave.